Veracruz, 1969-Carretera Federal Santa Fe-San Julián, 2015
Muerte por atropellamiento.
Ningún detenido.
Por: ARANTXA ARCOS
La muerte se convirtió en la sombra de Juan Atalo Mendoza Delgado. Nunca le dijo a su esposa, Taide Griselda Pavón, que sintiera temor o que hubiera sufrido amenazas, pero mostró un comportamiento extraño antes de ser asesinado.
Caminar tomados de la mano, salir al cine o por un helado, cosas que no hicieron durante los 17 años de unión libre y cinco de casados por el civil que compartieron, fueron frecuentes en los cinco últimos días de vida de Juan, nacido en Veracruz el 10 de marzo de 1969.
Taide lo recuerda al desempolvar fotografías, después de abrirme las puertas de su casa, mientras acomoda impresiones digitales de cantantes como José José, Celia Cruz y Paquita la del Barrio.
Su esposo le explicó las rutas del servicio público. Desde su casa en la localidad de El Tejar, en el municipio de Medellín de Bravo, viajaba en su taxi hasta Veracruz y Boca del Río. En sus charlas le contaba sobre su aspiración de convertirse en líder del sindicato de taxistas, pero poco o nada le dijo sobre su trabajo como periodista.
Juan cursó hasta el bachillerato, era un reportero y fotógrafo autodidacta. Laboró 16 años cubriendo la fuente policiaca en el periódico El Dictamen, y un año en Notiver, el diario de mayor circulación en la costa veracruzana. En ambos medios cobraba alrededor de 4 mil pesos mensuales.
En 2013 creó el sitio web Escribiendo la verdad. Una revisión del portal a cargo del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) señala que Juan había criticado en sus notas a los políticos locales y advertido sobre la presencia del crimen organizado. Destaca una nota sin firma donde se acusa a uno de esos políticos de utilizar para eventos de campaña una casa propiedad de un miembro de Los Zetas.
Su hijo, Juan Zanoni, leyó sus notas en la web durante los 12 meses que siguieron al asesinato. Se le endurece el gesto al contar que un día el dominio de la página apareció en venta y los textos periodísticos se perdieron.
El archivo con imágenes de artistas es el único recuerdo palpable de su trabajo. La cámara fotográfica y su libreta de apuntes se “extraviaron” en el taxi blanco con rojo, número económico 1962, donde se vio por última vez al periodista el 30 de junio.
Zanoni habla poco y se despide a la distancia: “Buena tarde y gracias por venir”, me dice al cruzar la puerta por donde pasó el cuerpo de su padre, por última vez, en un féretro color azul cielo.
Juan fue encontrado a las 3 de la madrugada del 1 de julio, en el kilómetro 5+300 de la carretera federal Santa Fe-San Julián, con lesiones múltiples atribuidas a un atropellamiento y una venda en los ojos.
Su casa, en la calle de Teotihuacan, sigue en obra negra. Juan no alcanzó a terminar de construirla, ni a cubrir la deuda del automóvil marca Nissan, placas 8895XEW, que utilizaba como taxi y transporte para reportear.
Taide tardó ocho meses en pagar los 30 mil pesos que debían a la mujer que les vendió el vehículo. Cumplió el acuerdo, pese a que el coche aún no ha sido localizado.
Una vez que identificó el cuerpo de su marido en el Servicio Médico Forense en Boca del Río, Taide delegó en las autoridades la búsqueda de justicia. Los detalles del asesinato están en el expediente 701/2015 de la Agencia Séptima del Ministerio Público de Veracruz.
La Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) inició la averiguación previa por el homicidio, pero el 15 de septiembre se acordó remitirla a la Fiscalía General del Estado de Veracruz. La investigación sigue abierta.
Ana Laura Pérez Mendoza, presidenta de la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas (CEAPP), recuerda haber visto a Juan en el café más visitado por los políticos del puerto de Veracruz, La Parroquia: un hombre educado, serio, con cámara y maletín al hombro. Se saludaban cordialmente.
Durante seis meses mantuvo comunicación con Taide y Zanoni, quienes eran vigilados por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública estatal por petición de la CEAPP.
La desaparición y muerte de Juan ocurrió seis meses después del secuestro y asesinato de su vecino, el periodista Moisés Sánchez Cerezo. Sus viviendas se ubican a seis cuadras de distancia.
En diciembre de 2014, Juan comentó a Taide su deseo de ser alcalde por el Partido de la Revolución Democrática. Persiguiendo ese objetivo relegó el periodismo, pero murió antes de poder concretarlo.